Tenía diez años. Seria en algún momento de 1994. Estaba en el aeropuerto de Ezeiza, creo que esperando para tomar un avión a Brasil, cuando me acerqué a un kiosco de revistas. Allí ví una portada más que impactante: Flash, herido y furioso, sosteniendo de las ropas a un tipo inconsciente a sus pies, miraba hacia adelante, desde donde una figura se acercaba. Detrás, un paisaje apocalíptico.
Me acerqué, extasiado. Apenas estaba empezando a conocer el universo DC, había leído un par de comics de Superman, pero de Flash no tenía idea. Sólo lo conocia por los Superfriends/Superamigos. Y sí, me fascinaba ese traje rojo que tenía.
Por lo demás, el título "Crisis en Tierras Infinitas" sonaba por demás extraño. Obviamente, terminé comprándolo, o pidiéndole a mi papá que me lo comprara.
Entonces, la revelación. Una saga espectacular, cósmica, en la que estaban todos los personajes de los Superfriends y más, que me revelaba un universo complejo, enorme, con un concepto que revolucionaría mi vida: no un universo, sino universos paralelos separados por vibraciones entre sí, cada uno (o casi todos) con una Tierra distinta, y en cada una, versiones distintas de nuestro mundo y de nuestros héroes. Muchos mundos, muchos Supermans, Batmans, mundos con héroes distinos y desconocidos. Un Multiverso. Pero tal vez lo mejor de todo eso, era que el multiverso estaba en Crisis. La antimateria (concepto simple y, a la vez, útil y poderoso) iba devorando mundo tras mundo, universo tras universo, héroe tras héroe, dejando sólo un vacío negro. Los héroes enfurecían, temían, lloraban, morían. La gente huía en manadas de esa nube blanca y había muertes. La antimateria borraba a las personas, sencilla y cruelmente.
Además, los héroes no eran tan nerds como en los Superamigos.
Tal vez lo más importante era que la historia venía acompañada de los Crisis Report. Es importante resaltar la labor de Editorial Zinco al crear estas fichas sintéticas de todos los personajes que aparecían en la saga, con la información necesaria para que podamos conectarnos con ellos y adentrarnos aún más en la historia. También con datos acerca de las distintas Tierras que componían el multiverso DC, sus personajes y su historia.
Esto me producía un mezcla de sensaciones: por un lado, me hacía conocer esos universos, imaginarlos, desear adentrarme en ellos y ver a sus personajes. Mi imaginación explotaba. Por el otro, verlos morir y desaparecer en la Crisis me generaba nostalgia y, a la vez, hacía latir mi corazón con más fuerza. Los hacía más reales porque podían perecer y desaparecer como todos nosotros. Se notaba que el universo DC estaba cerrando una etapa para comenzar otra. Se simplificaba, los universos desaparecían y sólo sobrevivían unos pocos, contenidos en un limbo, perdiendo las vibraciones que los separaban, fusionándose entre sí con el riesgo de explotar cuando ocuparan el mismo lugar y el mismo tiempo. A todo esto, las épocas se habían fusionado y personajes del pasado, el presente y el futuro se mezclaban. Lo más excitante, era ver a los héroes de los cinco uniersos que habían sobrevivido, juntos.
La fuerza maligna detrás de esto era el Anti-Monitor, amo del universo de antimateria, que buscaba destruír a los otros mundos, acrecentar sus fuerzas y energías y dominar al universo. Era bastante feo, con una piel rugosa, ojos con estrellas (delicioso detalle cósmico) y una energia o fuego rojo en su boca. Tuvo un cambio de traje cuando Supergirl casi lo mata.
Su contrapartida era el Monitor, quien al principio no parece ser un tipo muy limpio (se rumoreaba que equipaba con armas a los villanos), pero quien tenía todo más o menos orquestado para salvar al universo.
Finalmente es gracias a los verdaderos protagonistas de la historia que los héroes logran vencer. Harbinger, hija adoptiva y aprendiz del Monitor; Alex Luthor, último sobreviviente de Tierra 3 enviado en un cohete por su padre, Lex Luthor, único héroe que enfrentaba a versiones malignas de la Justice League; y Pariah, un pobre científico que despertó al Anti-Monitor, liberando la antimateria. El Monitor, también despertado, lo salvó y lo transformó en un faro que lo guiara, apareciendo en cada mundo donde surgía la antimateria, para así seguir a su enemigo.
Ellos llevan adelante el plan del Monitor para salvar a todos los universos. Y luego de la Crisis, pasan a segundo plano o desaparecen. Grandes personajes, para una gran historia.
Con los universos fusionados en uno, y eliminados los dobles de las otras Tierras (puñalada a mi corazón) por muertes o desapariciones, quedaban los principales y más interesantes superhéroes de las cinco tierras, listos para un "reseteo". De esta manera, los guionistas tenían la oportunidad de comenzar de nuevo a contar sus historias, sin mantener la vieja continuidad, combinando y recreando material de los viejos universos y la vieja continuidad. Ya sabemos a esta altura que algunas historias fueron resueltas mejor que otras, sin embargo, esta saga marcó no sólo un nuevo comienzo para DC, brindándonos a los nuevos lectores la posibilidad de iniciarnos y a los viejos la de tener nuevas versiones de los personajes e historias frescas, sino que dio un sentido de cosmos en evolución. El universo podía recrearse, moldearse, renacer. Sin cargar con lo viejo, sino pudiendo reutilizarlo a su conveniencia. Se había reseteado. Y esto puede, metafóricamente, aplicarse a una persona también. Creo que por eso me gusta tanto esa historia. Las grandes crisis pueden servirnos para hacer un reseteo.
¡Lo mejor de todo, (a nivel historia) es que había sido en una gran y emocionante batalla!
Crisis en Tierras Infinitas es excelente, en tanto drama cósmico superheróico, y sentó las bases para cualquier saga en el universo de los comics. Tal vez, en una leída de corrido, se alarga un poco la historia cuando las cinco tierras están fusionándose en el limbo y los villanos se unen logrando conquistar algunas de ellas. Los superhéroes y la urgencia de la Crisis, ya que el Anti-Monitor seguía intentando destruírlos desde su universo, lograron detenerlos. Fue un poco tedioso, pero era una actitud previsible de los villanos.
Debo comentar que el tomo que encontré en el aeropuerto sólo me abrió la puerta a la Crisis. Debía ser un tomo fallado, ya que contenía cuatro números, desordenados y sin continuidad. No pude conseguir más que un par de números (el 1, 2, 3 y el 7, muy codiciado por mí, ya que era la muerte de Supergirl) y tuve que esperar a que Vid, la Editorial Mexicana, publicara alla por el 99 la crisis de nuevo para leer el final (¡¡mierda, esperé cinco años!!). Algo me había enterado leyendo notas, pero bueno, ¡¡yo quería mis comics!! Nada superaba a eso.
Hace poco, como buen friki, me compré el tomo de Norma que reúne toda la historia. Mis comics de Zinco ya eran viejos cuando los conseguí, relativamente en buen estado, y los de Vid tenían fallas de color en algunas páginas (seh, Superman tenía mallas violetas). Es excelente, de gran calidad. Sin embargo, lo ideal hubiera sido combinarlo con informes como mis añorados Crisis Report, que hacían vivir la historia un poco más desde adentro.
Lo que no me gustó de la Crisis fue que nadie en el universo DC (excepto, según tengo entendido, seres cósmicos como el Spectre) la recordaba. Al menos de forma clara. Era bueno (aunque entristecía un poco) que no recordan el Multiverso, para no complicar más las cosas, y al mismo tiempo le daba un sentido de orden cósmico: si la fusión había creado un nuevo universo, lo había hecho en todas las direcciones, modificando el pasado también. Además, le daba un halo de misterio a la saga. Por otra parte, parecía injusto que recordaran la muerte de Flash, pero no a Supergirl. Era como si nunca hubiera existido. Se había sacrificado para salvar a todo el universo y nadie la recordaba. Era triste.
También añoraba en parte a los Mundos Paralelos. Me había fascinado con ellos, la Crisis había hecho que me fascinaran también y ya no estaban. Al menos, utilizaría el recurso en mi imaginación, para ampliar mis propias historias y crear mis universos.
En estos tiempos en que DC publicó Crisis Infinita, una continuación verdadera de la anterior, mi felicidad es grande. Más aún cuando está siendo publicada en Argentina por Sticker Design.
Los personajes están recordando el multiverso. Una joven que sobrevivió a la supresión cuando se fusionaron las tierras, y olvidó su origen, volvió a recordarlo. Y vuelven los protagonistas de antaño.
Me pone la piel de gallina. Revive al niño en mi interior.
Espero que no me decepcione. Veremos qué es lo que trae.
Update: 03/09/2012
¿Cuánto tiempo desde este post, no?
Es sólo para subir esta hermosa imagen de George Pérez de todos los héroes que se sacrificaron (aunque algunos fueron revividos después) en la Crisis.
lunes, 8 de enero de 2007
viernes, 5 de enero de 2007
Mi primer comic
Encontré esta historieta en un kiosco de revistas de Belgrano, el que está en la esquina de Cabildo y Juramento. Tenía ocho años aproximadamente, así que hablamos del año 1992. Seh, esa imagen de Superman con esa aguilita posándose en su brazo era re yankilandia, pero a mi no me importaba. Me deslumbró.
Como todo chico, conocía a los superhéroes (había visto a los Superfriends/"Superamigos"), especialmente a Superman y a Batman, pero no tenia idea de que salían en historietas. Tampoco sabía, como me enteré después, que en ellas nacieron.
No era importante en aquel momento, (¡vamos, tenía 8 años!) lo que sí importaba era el encuentro con ese superhéroe, ver sus colores, en esa historieta.
Demás esta decir que mi mamá, al ver mis ojillos deseosos, me compró la historieta. Después supo, con el tiempo, que había cambiado mi vida.
Era un "taco" (tomo compliatorio) de la serie de Superman editada por Editorial Zinco allá por el año 1988. Están las "primeras" aventuras de Superman (en realidad, las primeras luego del reseteo Post-Crisis) en Apokolips, su encuentro con Darkseid y otras desventuras más de su vida privada y sus enfrentamientos con el gordo pelado Lex Luthor, ahora un empresario multimillonario y corrupto. Están guionizadas por Marv Wolfman, John Byrne y dibujadas por Jerry Ordway en su mayoría.
En realidad, la única aventura que recuerdo en particular es la de Apokolips, ese mundo apocalíptico (duh!), sucio y monstruoso visitado por un Superman amnésico. Por lo demás, no es una de mis historias favoritas. Sin embargo, lo fundamental son las emociones que se desprenden al verlo, surgidas del nene de ocho años que con ojos desorbitados veía a ese Superman de historietas y descubría un mundo por demás complejo y emocionante, que estimulaba a su imaginación y le hacía compañía.
Mi mamá notó la pasión con la que devoré ese comic y más adelante me llevó a un kiosco de revistas de Villa Urquiza, en la esquina de Triunvirato y Olazábal, donde habían pilas y pilas de revistas DC/Zinco viejas. Así, pila tras pila de comics devorada, me fui adentrando en el universo DC, y más allá de las chorradas que se han mandado los guionistas a través de los años, puedo asegurarles que estos superhéroes se han ganado un lugar en mi corazón. Por más cursi que suene.
Como todo chico, conocía a los superhéroes (había visto a los Superfriends/"Superamigos"), especialmente a Superman y a Batman, pero no tenia idea de que salían en historietas. Tampoco sabía, como me enteré después, que en ellas nacieron.
No era importante en aquel momento, (¡vamos, tenía 8 años!) lo que sí importaba era el encuentro con ese superhéroe, ver sus colores, en esa historieta.
Demás esta decir que mi mamá, al ver mis ojillos deseosos, me compró la historieta. Después supo, con el tiempo, que había cambiado mi vida.
Era un "taco" (tomo compliatorio) de la serie de Superman editada por Editorial Zinco allá por el año 1988. Están las "primeras" aventuras de Superman (en realidad, las primeras luego del reseteo Post-Crisis) en Apokolips, su encuentro con Darkseid y otras desventuras más de su vida privada y sus enfrentamientos con el gordo pelado Lex Luthor, ahora un empresario multimillonario y corrupto. Están guionizadas por Marv Wolfman, John Byrne y dibujadas por Jerry Ordway en su mayoría.
En realidad, la única aventura que recuerdo en particular es la de Apokolips, ese mundo apocalíptico (duh!), sucio y monstruoso visitado por un Superman amnésico. Por lo demás, no es una de mis historias favoritas. Sin embargo, lo fundamental son las emociones que se desprenden al verlo, surgidas del nene de ocho años que con ojos desorbitados veía a ese Superman de historietas y descubría un mundo por demás complejo y emocionante, que estimulaba a su imaginación y le hacía compañía.
Mi mamá notó la pasión con la que devoré ese comic y más adelante me llevó a un kiosco de revistas de Villa Urquiza, en la esquina de Triunvirato y Olazábal, donde habían pilas y pilas de revistas DC/Zinco viejas. Así, pila tras pila de comics devorada, me fui adentrando en el universo DC, y más allá de las chorradas que se han mandado los guionistas a través de los años, puedo asegurarles que estos superhéroes se han ganado un lugar en mi corazón. Por más cursi que suene.
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