sábado, 1 de marzo de 2008

Sheik






Un Príncipe Blanco,
Vestido de seda estelar.
Una estrella nívea
con rayos dorados.
Elegante y distante,
pero de afecto oportuno.
Un león
con patitas de algodón.
Tu aura era sagrada,
coronada por tus ojos azules.
Y tu presencia un regalo de los lamas,
y lo divino.
Príncipe Blanco,
el Cielo te ha reclamado.
Las estrellas y los dioses te reciben,
aplaudiendo tu belleza y tu ternura.
Que conozcas nuevos mundos,
que persigas nuevos sueños y aventuras.
Que conquistes nuevos corazones.
Nuestro amor está contigo.

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