La palabra “Reiki” ya no suena tan raro. Algunos la vieron en un anuncio, otros tienen un conocido que lo practica y también están, por supuesto, los reikistas. Pero, ¿qué es el Reiki? La palabra, de origen japonés, puede traducirse como: “armonizar la energía individual a partir de la energía universal”. Si bien tiene una marcada línea espiritual, no quiere decir que reconozca alguna religión, cualquiera puede hacer Reiki y su práctica está creciendo.
La Asociación Argentina de Reiki, dirigida por Claudio Márquez, ya tiene veinte mil alumnos, y a ésta hay que sumarle las distintas escuelas de Reiki en Capital y Provincia.
“En la parte terapéutica esta comprobado que su efecto fundamental es levantar las defensas”, explica Márquez. “Estimula la capacidad natural de curarse presente en todas las personas. Recibimos pacientes de muchas instituciones, recomendados por médicos que lo aconsejan como complemento del tratamiento. Y se consiguen muy buenos resultados. También lo recomiendan los psicólogos, para trabajar con lo que Reiki saca; siempre desde lo racional, sin riesgo de entrar en el delirio místico.
La orientación principal es mejorar la calidad de vida: proporciona contención, seguridad, energía, lucidez, y mucha paz.”
Es el Doctor Mikao Usui quien, a principios del siglo XIX, concibe al Sistema Reiki Usui. Nacido en 1865 y graduado en teología en la Universidad de Chicago, lo creó a partir de sus investigaciones sobre la sanación por imposición de manos y la meditación. Hoy, son muchos los que claman que el Reiki es la causa de las mejoras en su salud y sus estados de ánimo, así como en su rendimiento laboral.
“El efecto más importante”, resalta Márquez, “es que los pacientes logran reconocer la causa de su enfermedad, sin que uno los induzca. Así, las personas empiezan a encontrar la auto sanación. No sólo en lo físico, porque el Reiki obra sobre todos los aspectos del ser, incluidas las emociones y la mente. Los resultados están a la vista”.
Se perfila como una de las alternativas más eficaces contra el estrés. “Afloja las tensiones diarias, y ayuda a descansar”, explica Gabriel Nobile, director de Esther Samalea New, una escuela de Reiki de San Martín. “Cada vez más gente lo practica, porque es un sistema natural. Incluso la organización Mundial de la Salud lo reconoció como terapia complementaria, y lo usan en muchos hospitales, sin olvidar la medicina tradicional que es fundamental”, agrega.
Respecto al crecimiento de los tratamientos con Reiki, Márquez dice: “Eso demuestra apertura: uno se trata por métodos tradicionales y a través de métodos alternativos, permitiéndose conocer ambas cosas. Reiki es una herramienta más para estar bien, y su secreto es la simplicidad. Es un bien, siempre que esté bien manejado. Como todo en la vida.”
REIKI
Reiki es una terapia sencilla, que se maneja con la imposición de las manos sobre los distintos chakras, o centros de energía, del cuerpo y la aplicación de símbolos para solucionar malestares específicos o potenciar el efecto de la energía. El reikista transmite la energía del universo, que está ordenada y en equilibrio, y por lo tanto equilibra a quien la recibe. Es una de las herramientas más revolucionarias para mejorar la calidad de vida y relajarse. Poniendo freno a las tensiones cotidianas, las personas aprenden a darse espacio para el placer.
La práctica es muy importante para el reikista, porque a medida que lo hace se abren los canales por donde pasa la energía. Y también para el que lo recibe porque lentamente va notando mejoras importantes a nivel físico, mental y espiritual.
BIBLIOGRAFIA
SIMONE, Mónica, BERTUCCIO, Jorge. ¿Qué es el Reiki?. Buenos Aires, Ediorial Kier, 2005.
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